Regina Coeli o Reina del Cielo en Español y Latín

En este artículo, exploraremos la oración mariana conocida como Regina Coeli o Reina del Cielo, una antífona que se reza durante el tiempo pascual en lugar del Ángelus. Analizaremos su origen, su estructura y su significado tanto en español como en latín. Además, discutiremos la importancia de esta oración en la tradición católica y cómo celebra la resurrección de Jesucristo, invitando a la Virgen María a alegrarse y a interceder por nosotros.

También abordaremos la historia de la oración, incluyendo la decisión del Papa Benedicto XIV en 1742 de establecer el Regina Coeli como reemplazo del Ángelus durante el tiempo pascual. Finalmente, proporcionaremos el texto completo de la oración en ambos idiomas, permitiendo a los lectores apreciar su belleza y profundidad espiritual.

Origen y significado del Regina Coeli

El Regina Coeli, también conocido como Reina del Cielo, es una de las cuatro antífonas marianas que la Iglesia Católica reza en diferentes tiempos litúrgicos del año. Su origen se remonta a la Edad Media, y se cree que fue compuesta por monjes franciscanos en el siglo XII. La oración se caracteriza por su tono jubiloso y su enfoque en la resurrección de Jesucristo, lo que la hace especialmente apropiada para el tiempo pascual.

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El significado del Regina Coeli radica en su celebración de la victoria de Cristo sobre la muerte y su invitación a la Virgen María a compartir esta alegría. La oración comienza con la exhortación "Regina caeli, laetare, alleluia" (Reina del cielo, alégrate, aleluya), subrayando la alegría celestial por la resurrección de Jesús. Esta alegría no solo es compartida por los fieles en la tierra, sino también por la Virgen María, quien es invitada a regocijarse por la glorificación de su Hijo.

Además de su tono festivo, el Regina Coeli también es una oración de intercesión. Los fieles piden a la Virgen María que ruegue por ellos, reconociendo su papel como mediadora y su cercanía a Dios. La oración concluye con una petición a Dios, agradeciendo la alegría de la resurrección y solicitando la gracia de alcanzar los gozos eternos por la intercesión de María. Esta estructura refleja la profunda devoción mariana y la esperanza cristiana en la vida eterna.

La estructura de la oración

La estructura de la oración "Regina Coeli" es sencilla pero profundamente significativa, reflejando la alegría y la esperanza de la Resurrección de Cristo. La oración se divide en cuatro partes principales, cada una con un propósito específico.

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La primera parte es una invitación a la Virgen María a alegrarse: "Reina del Cielo, alégrate, aleluya." Esta línea establece el tono jubiloso de la oración, reconociendo la alegría de María por la resurrección de su Hijo.

La segunda parte es una afirmación de la resurrección de Cristo: "Porque el Señor, a quien has merecido llevar, aleluya, ha resucitado según su palabra, aleluya." Aquí, se celebra el cumplimiento de la promesa de Cristo y su victoria sobre la muerte.

La tercera parte es una petición a la Virgen María: "Ruega al Señor por nosotros, aleluya." En esta sección, los fieles piden la intercesión de María, confiando en su cercanía a su Hijo resucitado.

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Finalmente, la oración concluye con una súplica a Dios: "Goza y alégrate, Virgen María, aleluya, porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya." Esta última parte reafirma la alegría pascual y pide a Dios que, por la intercesión de María, los fieles puedan compartir en los gozos eternos del cielo.

Texto del Regina Coeli en español

Reina del Cielo, alégrate, aleluya.
Porque el Señor, a quien has merecido llevar, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Goza y alégrate, Virgen María, aleluya.
Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.

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Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Repetir tres veces)

Texto del Regina Coeli en latín

Regina caeli, laetare, alleluia:
Quia quem meruisti portare, alleluia,
Resurrexit, sicut dixit, alleluia,
Ora pro nobis Deum, alleluia.

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Gaude et laetare, Virgo Maria, alleluia.
Quia surrexit Dominus vere, alleluia.

Oremus:
Deus, qui per resurrectionem Filii tui, Domini nostri Iesu Christi, mundum laetificare dignatus es: praesta, quaesumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus gaudia vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen. (repetido tres veces)

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Comparación con el Ángelus

El Regina Coeli y el Ángelus son dos oraciones marianas que se recitan en diferentes épocas del año litúrgico. Mientras que el Ángelus se reza tradicionalmente tres veces al día (al amanecer, al mediodía y al atardecer) durante la mayor parte del año, el Regina Coeli se recita específicamente durante el tiempo pascual, desde el Domingo de Resurrección hasta el día de Pentecostés.

Ambas oraciones tienen como objetivo honrar a la Virgen María y meditar sobre los misterios de la Encarnación y la Resurrección de Jesucristo. Sin embargo, el enfoque de cada una es distinto. El Ángelus se centra en el anuncio del ángel Gabriel a María y la Encarnación del Hijo de Dios, mientras que el Regina Coeli celebra la alegría de la Resurrección de Cristo y la participación de María en este misterio glorioso.

En términos de estructura, el Ángelus incluye tres versículos y respuestas, seguidos de un Avemaría después de cada versículo, y concluye con una oración final. Por otro lado, el Regina Coeli es más breve y se compone de cuatro versículos, cada uno seguido por la aclamación "Aleluya", y termina con una oración que pide la intercesión de María para alcanzar los gozos eternos.

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Importancia en el tiempo pascual

El Regina Coeli tiene una importancia especial durante el tiempo pascual, ya que celebra la resurrección de Jesucristo, el evento central de la fe cristiana. Esta oración mariana reemplaza al Ángelus, que se reza durante el resto del año, subrayando la alegría y el triunfo de la resurrección. Al invitar a la Virgen María a alegrarse por la resurrección de su Hijo, los fieles se unen en un espíritu de júbilo y esperanza, recordando que la muerte ha sido vencida y que la vida eterna es posible.

La oración también destaca la intercesión de la Virgen María, pidiendo que ella ruegue por nosotros. Este aspecto es significativo porque, en la tradición católica, María es vista como una poderosa intercesora ante Dios. Al pedir su intercesión, los fieles expresan su confianza en su amor maternal y su cercanía a Cristo resucitado.

Además, el Regina Coeli refuerza la conexión entre la alegría de la resurrección y la esperanza de los gozos eternos. Al agradecer a Dios por la alegría traída por la resurrección y pedir alcanzar los gozos eternos por intercesión de María, los fieles renuevan su fe en la promesa de la vida eterna y en la misericordia divina. Esta oración, por lo tanto, no solo celebra un evento pasado, sino que también fortalece la esperanza en el futuro y la confianza en la intercesión de la Virgen María.

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La intercesión de la Virgen María

La intercesión de la Virgen María es un tema central en la oración del Regina Coeli. Al invocar a María, los fieles reconocen su papel especial en la historia de la salvación y su cercanía a su Hijo resucitado. La oración pide a la Virgen que ruegue por nosotros, subrayando la creencia en su capacidad para interceder ante Dios en favor de la humanidad. Esta intercesión es vista como un acto de amor maternal, donde María, como madre de todos los cristianos, se preocupa por las necesidades y peticiones de sus hijos.

La tradición de pedir la intercesión de María se basa en su papel único como Madre de Dios y su cooperación en el plan divino de salvación. Desde los primeros siglos del cristianismo, los fieles han recurrido a María en busca de ayuda y protección, confiando en su poderosa intercesión. En el Regina Coeli, esta confianza se expresa con alegría y esperanza, celebrando la resurrección de Cristo y la victoria sobre la muerte, y pidiendo a María que continúe intercediendo por nosotros para que podamos compartir en los gozos eternos del cielo.

La doxología Gloria al Padre

La doxología Gloria al Padre es una breve oración de alabanza a la Santísima Trinidad, que se recita al final del Regina Coeli. Esta oración expresa la gloria y la eternidad de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. En español, la doxología se reza de la siguiente manera:

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"Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén."

En latín, la doxología se recita así:

"Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen."

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Esta doxología se repite tres veces al final del Regina Coeli, subrayando la importancia de la alabanza continua y eterna a la Trinidad en la vida de los fieles.

Conclusión

El Regina Coeli es una oración que no solo celebra la resurrección de Jesucristo, sino que también resalta la alegría y el papel fundamental de la Virgen María en el misterio pascual. Al invitar a la Virgen a alegrarse, los fieles se unen en un acto de júbilo y esperanza, recordando que la resurrección de Cristo es la promesa de vida eterna para todos los creyentes.

La estructura de la oración, tanto en español como en latín, refleja una profunda veneración y confianza en la intercesión de María. Al pedirle que ruegue por nosotros, los fieles reconocen su papel como Madre de la Iglesia y medianera de todas las gracias. Esta oración, por tanto, no solo es una expresión de fe en la resurrección, sino también una reafirmación de la devoción mariana.

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El Papa Benedicto XIV, al establecer en 1742 que el Regina Coeli reemplazara al Ángelus durante el tiempo pascual, subrayó la importancia de adaptar las prácticas devocionales a los tiempos litúrgicos. Esta decisión permite a los fieles vivir más plenamente el espíritu de la Pascua, centrando su oración en la alegría de la resurrección y en la figura de María como Reina del Cielo.