11 Citas de la Biblia que Demuestran la Existencia del Purgatorio

En este artículo, exploraremos once citas bíblicas que, según la interpretación de varios santos y teólogos, apoyan la doctrina del Purgatorio en la fe católica. El Purgatorio es entendido como un estado de purificación final para aquellos que mueren en la gracia de Dios pero aún no están completamente purificados para entrar en el Cielo. A través de estos pasajes, veremos cómo la Escritura sugiere la existencia de un proceso de purificación después de la muerte.

Analizaremos cómo figuras importantes de la Iglesia, como San Agustín, San Jerónimo y San Francisco de Sales, han interpretado estos versículos para argumentar a favor del Purgatorio. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, estos textos bíblicos ofrecen una base para la creencia en un estado intermedio donde las almas se purifican antes de alcanzar la visión beatífica de Dios.

Índice

Salmos 66:12

"Nos hiciste pasar por el fuego y por el agua, pero nos has sacado a un lugar de abundancia."

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Este versículo del Salmo 66 es interpretado por Orígenes y San Ambrosio como una referencia simbólica al proceso de purificación que ocurre en el Purgatorio. El "fuego" y el "agua" mencionados aquí son vistos como elementos purificadores que representan las pruebas y tribulaciones que las almas deben atravesar para alcanzar la pureza necesaria para entrar en la presencia de Dios. La "abundancia" a la que se refiere el salmista es interpretada como el estado de gracia y plenitud que se alcanza después de esta purificación.

Orígenes, en sus escritos, sugiere que este pasaje alude al bautismo y al fuego del Purgatorio, donde las almas son limpiadas de sus imperfecciones. San Ambrosio también ve en este versículo una clara alusión al proceso de purificación que las almas experimentan después de la muerte, antes de poder entrar en el Reino de los Cielos. Esta interpretación subraya la importancia de la purificación y la misericordia divina en el camino hacia la salvación eterna.

Isaías 4:4

Isaías 4:4 dice: "Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sion y haya limpiado la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de ardor". San Agustín interpreta este pasaje como una descripción del Purgatorio, mencionando la purificación de las manchas de Jerusalén. Según esta interpretación, el "espíritu de juicio" y el "espíritu de ardor" representan el proceso de purificación que las almas deben atravesar para alcanzar la santidad necesaria para entrar en la presencia de Dios.

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Este versículo sugiere que, aunque las almas de los justos están destinadas a la salvación, aún pueden necesitar una purificación adicional para ser completamente puras. La imagen del "espíritu de ardor" es particularmente evocadora, ya que sugiere un fuego purificador que quema las impurezas restantes, una idea que se alinea con la doctrina del Purgatorio en la teología católica.

Miqueas 7:9

«Soportaré la cólera de Yahveh, porque he pecado contra él, hasta que juzgue mi causa y haga justicia; él me sacará a la luz, y yo veré su justicia.»

San Jerónimo considera este versículo una prueba clara del Purgatorio, hablando de soportar la cólera de Yahveh hasta ser juzgado. La mención de soportar la cólera y luego ser llevado a la luz sugiere un proceso de purificación y justicia que se alinea con la doctrina del Purgatorio.

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Malaquías 3:3

"Se sentará como fundidor y purificador de plata; purificará a los hijos de Leví, los acrisolará como oro y plata, y presentarán al Señor ofrendas justas."

Este versículo es interpretado por varios santos y teólogos como una descripción del proceso de purificación que ocurre en el Purgatorio. La imagen del fundidor y purificador de plata sugiere un proceso intenso y necesario para eliminar las impurezas, similar a cómo las almas deben ser purificadas antes de entrar en la presencia de Dios. La referencia a los hijos de Leví, quienes eran los sacerdotes encargados de los sacrificios y ofrendas, también subraya la necesidad de una purificación espiritual para poder presentar ofrendas justas al Señor.

2 Macabeos 12:44-45

"Porque si no esperara que los caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio orar por los muertos. Pero si consideraba que una magnífica recompensa está reservada para los que duermen en piedad, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio por los muertos, para que quedaran liberados del pecado."

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Mateo 5:22

"Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga a su hermano: Raca, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego."

San Francisco de Sales comenta que este versículo sugiere la existencia de dolores después de esta vida que no son eternos ni infernales, refiriéndose al Purgatorio. La mención de diferentes grados de castigo implica un proceso de purificación que no es definitivo como el Infierno, sino temporal y purificador, como el Purgatorio.

Mateo 5:26

"En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo."

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Tertuliano y otros santos interpretan la "prisión" mencionada en este versículo como una referencia al Purgatorio. Según esta interpretación, la prisión no es el Infierno, ya que en el Infierno no hay salida ni posibilidad de redención. Tampoco es el Cielo, donde no hay necesidad de purificación. Por lo tanto, debe referirse a un estado intermedio donde las almas son purificadas antes de entrar en la gloria eterna.

Mateo 12:32

"Y a cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero."

Este versículo sugiere que algunos pecados pueden ser perdonados después de la muerte, implicando la existencia del Purgatorio. La mención de un perdón en "el siglo venidero" ha sido interpretada por teólogos y santos como una referencia a un estado intermedio donde las almas pueden ser purificadas antes de entrar en la gloria eterna del Cielo.

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1 Corintios 3:11-15

"Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cual sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego."

Interpretaciones de los santos y teólogos

Las interpretaciones de los santos y teólogos han sido fundamentales para la comprensión y aceptación de la doctrina del Purgatorio en la fe católica. Orígenes y San Ambrosio, por ejemplo, ven en el Salmo 66:12 una referencia tanto al bautismo como al fuego purificador del Purgatorio. Este salmo, que habla de pasar por el fuego y el agua antes de llegar a un lugar de abundancia, es interpretado como una metáfora de la purificación necesaria para alcanzar la plenitud de la vida eterna.

San Agustín, uno de los Padres de la Iglesia, ofrece una interpretación similar en Isaías 4:4. Este pasaje describe la purificación de las manchas de Jerusalén mediante un espíritu de juicio y un espíritu de ardor. San Agustín ve en estas palabras una clara alusión al proceso de purificación que las almas deben experimentar en el Purgatorio antes de entrar en la presencia de Dios.

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San Jerónimo, otro destacado teólogo, considera Miqueas 7:9 como una prueba clara del Purgatorio. Este versículo habla de soportar la cólera de Yahveh hasta ser juzgado y recibir justicia. Para San Jerónimo, esta experiencia de soportar la cólera divina es una descripción del sufrimiento temporal que las almas deben soportar en el Purgatorio para ser purificadas de sus pecados.

En Malaquías 3:3, varios santos y teólogos encuentran una descripción del proceso de purificación en el Purgatorio. El versículo habla de Dios como un refinador y purificador de plata, que purificará a los hijos de Leví y los refinará como el oro y la plata. Esta imagen de refinamiento y purificación es vista como una metáfora del Purgatorio, donde las almas son purificadas de sus imperfecciones antes de entrar en el Cielo.

Estas interpretaciones, junto con otras, han sido esenciales para la formulación y defensa de la doctrina del Purgatorio en la tradición católica. Los santos y teólogos han utilizado su profundo conocimiento de las Escrituras y su experiencia espiritual para iluminar el significado de estos pasajes bíblicos, ofreciendo una comprensión más completa del plan de Dios para la salvación de las almas.

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Conclusión

La doctrina del Purgatorio, aunque no mencionada explícitamente en la Biblia, encuentra apoyo en diversas interpretaciones de pasajes bíblicos por parte de santos y teólogos a lo largo de la historia de la Iglesia. Las citas presentadas en este artículo, desde los Salmos hasta las epístolas de San Pablo, ofrecen una base para entender el Purgatorio como un proceso de purificación necesario para alcanzar la santidad plena antes de entrar en la presencia de Dios.

Estas interpretaciones no solo subrayan la misericordia y justicia de Dios, sino que también resaltan la importancia de la oración y las buenas obras en favor de las almas que se encuentran en este estado de purificación. La práctica de orar por los difuntos, como se menciona en 2 Macabeos, refuerza la creencia en la posibilidad de interceder por aquellos que aún no han alcanzado la perfección celestial.

Aunque la palabra "Purgatorio" no aparece textualmente en las Escrituras, la tradición y la exégesis católica han identificado en estos pasajes una clara referencia a un estado intermedio de purificación. Este entendimiento no solo enriquece la teología católica, sino que también ofrece consuelo y esperanza a los fieles, asegurándoles que la misericordia de Dios se extiende más allá de esta vida, permitiendo una purificación final para aquellos que buscan la santidad.

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