Texto Original del Tercer Secreto de Fátima y Explicación

En este artículo, exploraremos el contenido del Tercer Secreto de Fátima, una revelación que ha capturado la atención de creyentes y estudiosos desde su divulgación en el año 2000. Describiremos la visión que los tres pastorcillos presenciaron en 1917 y que fue transcrita por Sor Lucía en 1944, destacando los elementos clave de la misma, como la intervención de la Virgen María y el llamado a la penitencia.

Además, analizaremos el Comentario Teológico del Cardenal Joseph Ratzinger, quien ofrece una interpretación profunda del mensaje de Fátima. Ratzinger diferencia entre revelación pública y privada, subrayando la importancia de la primera como fundamento de la fe cristiana y la utilidad de la segunda para vivir el Evangelio de manera más plena. También abordaremos cómo la profecía bíblica, según Ratzinger, no busca predecir el futuro, sino iluminar la voluntad de Dios en el presente, y cómo este principio se aplica al Tercer Secreto de Fátima.

Contexto histórico de las apariciones de Fátima

Las apariciones de Fátima ocurrieron en un período de gran agitación mundial. En 1917, Europa estaba sumida en la Primera Guerra Mundial, un conflicto devastador que causó millones de muertes y dejó a muchas naciones en ruinas. Portugal, aunque no participó directamente en la guerra, estaba experimentando una intensa agitación política y social. La monarquía había sido derrocada en 1910, y el país estaba en medio de una transición hacia una república, marcada por inestabilidad y conflictos internos.

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En este contexto de incertidumbre y sufrimiento, tres niños pastores, Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto, afirmaron haber visto a la Virgen María en la Cova da Iria, cerca de la localidad de Fátima. Las apariciones comenzaron el 13 de mayo de 1917 y continuaron mensualmente hasta octubre del mismo año. Según los relatos de los niños, la Virgen les confió tres secretos, que incluían visiones del infierno, la predicción de la Segunda Guerra Mundial y la conversión de Rusia, y finalmente, el Tercer Secreto, que permaneció oculto hasta el año 2000.

Las apariciones de Fátima y los mensajes recibidos por los pastorcillos tuvieron un profundo impacto en la comunidad católica y en el mundo en general. La insistencia en la penitencia, la oración y la conversión resonó en una época de gran sufrimiento y desesperación, ofreciendo esperanza y un llamado a la fe en medio de la adversidad.

Los tres secretos de Fátima

El Tercer Secreto de Fátima, revelado a los tres pastorcillos en 1917 y transcrito por Sor Lucía en 1944, fue hecho público en el año 2000. El texto describe una visión en la que un ángel con una espada de fuego amenaza con incendiar el mundo, pero es detenido por el esplendor de la Virgen María. El ángel clama por penitencia, y se muestra una escena donde el Papa, junto con otros religiosos y laicos, sube una montaña hacia una gran cruz, atravesando una ciudad en ruinas. Al llegar a la cima, el Papa y los demás son asesinados por soldados, y dos ángeles recogen la sangre de los mártires en jarras de cristal.

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El Comentario Teológico del Cardenal Joseph Ratzinger explica la diferencia entre revelación pública y privada. La revelación pública, contenida en la Biblia, es completa y exige la fe de los creyentes. La revelación privada, como el mensaje de Fátima, no es obligatoria pero puede ayudar a vivir mejor el Evangelio. Ratzinger subraya que la profecía bíblica no predice el futuro, sino que explica la voluntad de Dios para el presente. La interpretación del secreto de Fátima se centra en la necesidad de penitencia y la salvación de las almas.

El Tercer Secreto: texto original

"Vimos a un ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando, emitía llamas que parecían que iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que de su mano derecha expedía Nuestra Señora hacia él: el ángel, señalando la tierra con su mano derecha, con voz fuerte dijo: '¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!'. Y vimos en una inmensa luz que es Dios: 'algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él' a un Obispo vestido de Blanco 'hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'. También a otros Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fuera de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso, con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas, y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles, cada uno con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y con ella regaban las almas que se acercaban a Dios."

Descripción de la visión

"Vimos a un ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando, emitía llamas que parecían incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que de la mano derecha expedía Nuestra Señora en su dirección: el ángel, señalando la tierra con su mano derecha, con voz fuerte dijo: '¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!'. Y vimos en una inmensa luz que es Dios: 'algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él' a un Obispo vestido de Blanco 'hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'. También a otros Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fuera de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso, con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, iba orando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos, Sacerdotes, religiosos y religiosas, y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles, cada uno con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y con ella regaban las almas que se acercaban a Dios."

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Interpretación del Tercer Secreto

El Tercer Secreto de Fátima ha sido objeto de numerosas interpretaciones y especulaciones a lo largo de los años. La visión descrita por Sor Lucía es rica en simbolismo y ha sido interpretada de diversas maneras por teólogos y estudiosos. El Cardenal Joseph Ratzinger, en su Comentario Teológico, ofrece una interpretación que se centra en la necesidad de penitencia y la salvación de las almas.

Ratzinger explica que la visión del ángel con la espada de fuego simboliza la amenaza de juicio que pende sobre el mundo. Sin embargo, el esplendor de la Virgen María, que detiene al ángel, representa la intercesión y la misericordia divina. Este acto de intercesión subraya la importancia de la oración y la penitencia como medios para evitar el castigo y buscar la reconciliación con Dios.

La escena del Papa y otros religiosos y laicos subiendo una montaña hacia una gran cruz, atravesando una ciudad en ruinas, puede interpretarse como una representación del camino de la Iglesia a través de la historia, enfrentando persecuciones y sufrimientos. La montaña simboliza el ascenso espiritual y la cruz, el sacrificio y la redención. La muerte del Papa y los demás a manos de soldados puede ser vista como un reflejo de los mártires que han dado su vida por la fe a lo largo de los siglos.

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Finalmente, los dos ángeles que recogen la sangre de los mártires en jarras de cristal simbolizan la pureza y el valor del sacrificio de los mártires. Esta sangre, recogida y presentada ante Dios, es un testimonio de la fidelidad y el amor de los creyentes, y un recordatorio de que el sufrimiento y la muerte en nombre de la fe no son en vano, sino que tienen un profundo significado espiritual.

Comentario Teológico del Cardenal Joseph Ratzinger

"En primer lugar, debemos afirmar con el Cardenal Sodano que '...las profecías de la visión de Fátima no se refieren a hechos ya pasados, sino a hechos futuros, que se desarrollan gradualmente y se hacen visibles. Por lo tanto, no se trata de una película anticipada del futuro, en la que todo está fijado de antemano, sino de una indicación de lo que puede suceder si no se da una respuesta adecuada a la llamada del mensaje'."

"El elemento clave de la visión es la triple llamada a la penitencia, a la conversión y a la fe. Esta llamada es, en primer lugar, una advertencia contra el peligro de la condenación eterna. La visión muestra la realidad del infierno, a donde van las almas de los pecadores impenitentes. La Virgen María, en su aparición, nos recuerda la gravedad del pecado y la necesidad de una conversión radical."

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"El mensaje de Fátima nos invita a confiar en la promesa de la Virgen: 'Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará'. Esta promesa no es una garantía automática de salvación, sino una llamada a la cooperación activa con la gracia divina. La visión de los mártires, incluyendo al Papa, subraya que el camino hacia la salvación pasa por la cruz y el sacrificio. La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos y signo de esperanza en medio de la tribulación."

"El Tercer Secreto de Fátima no es una predicción fatalista del futuro, sino una exhortación a la responsabilidad personal y comunitaria. Nos recuerda que el destino del mundo no está predeterminado, sino que depende de nuestra respuesta a la llamada de Dios. La penitencia, la conversión y la fe son las claves para transformar el mundo y alcanzar la salvación prometida por la Virgen María."

Diferencia entre revelación pública y privada

La revelación pública, contenida en la Biblia, es la manifestación de Dios a la humanidad a través de Jesucristo y los profetas. Esta revelación es completa y definitiva, y exige la fe de todos los creyentes. En otras palabras, la revelación pública es la base de la fe cristiana y no puede ser modificada ni añadida.

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Por otro lado, la revelación privada, como el mensaje de Fátima, no añade nada nuevo a la revelación pública, sino que tiene el propósito de ayudar a los fieles a vivir más plenamente el Evangelio en su tiempo y contexto particular. Estas revelaciones no son obligatorias para la fe, pero pueden ser reconocidas por la Iglesia como auténticas y útiles para la vida espiritual.

El Cardenal Joseph Ratzinger, en su Comentario Teológico, subraya que la profecía bíblica no tiene como objetivo predecir el futuro de manera detallada, sino más bien interpretar la voluntad de Dios para el presente. En este sentido, la interpretación del Tercer Secreto de Fátima se centra en la llamada a la penitencia y la conversión, elementos esenciales para la salvación de las almas.

Significado de la penitencia en el mensaje

La penitencia, en el contexto del Tercer Secreto de Fátima, se presenta como una llamada urgente a la conversión y al arrepentimiento. El ángel que clama "¡Penitencia, penitencia, penitencia!" subraya la necesidad de un cambio profundo en la vida de los creyentes, invitándolos a alejarse del pecado y a acercarse a Dios. Este llamado a la penitencia no es simplemente un acto de mortificación física, sino una transformación interior que implica un reconocimiento de los propios errores y un compromiso sincero de enmienda.

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El mensaje de Fátima, en su esencia, resalta la importancia de la penitencia como medio para alcanzar la paz y la salvación. La visión de la ciudad en ruinas y el sufrimiento del Papa y los fieles simboliza las consecuencias del alejamiento de Dios y la necesidad de un retorno a la fe auténtica. La penitencia, por tanto, se convierte en un acto de amor y reparación, una respuesta a la misericordia divina que busca restaurar la relación entre Dios y la humanidad.

En el comentario teológico del Cardenal Ratzinger, se enfatiza que la penitencia no debe ser vista como un castigo, sino como una oportunidad de redención. Es un llamado a la responsabilidad personal y comunitaria, a reconocer la gravedad del pecado y a trabajar activamente por la conversión del corazón. La penitencia, en este sentido, es un camino hacia la verdadera libertad y la plenitud de vida en Cristo.

Relevancia del Tercer Secreto en la actualidad

El Tercer Secreto de Fátima sigue siendo relevante en la actualidad, ya que su mensaje central de penitencia y conversión resuena con las necesidades espirituales y morales del mundo contemporáneo. En un tiempo marcado por conflictos, crisis y una creciente secularización, el llamado a la penitencia y a la oración se presenta como una guía para la renovación espiritual y el fortalecimiento de la fe.

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Además, la visión de una ciudad en ruinas y la persecución de los fieles puede interpretarse como una advertencia sobre las consecuencias de alejarse de los valores cristianos y de la moralidad. En un mundo donde la violencia, la injusticia y la falta de solidaridad parecen prevalecer, el mensaje de Fátima invita a los creyentes a reflexionar sobre su papel en la construcción de una sociedad más justa y pacífica.

El Tercer Secreto también subraya la importancia de la intercesión de la Virgen María y la confianza en su protección. En tiempos de incertidumbre y desesperanza, la devoción mariana puede ofrecer consuelo y esperanza, recordando a los fieles que no están solos en sus luchas y que la misericordia divina siempre está disponible para aquellos que buscan la reconciliación y la paz.

Conclusión

El Tercer Secreto de Fátima, con su vívida y simbólica visión, subraya la urgencia de la penitencia y la conversión. La imagen del ángel con la espada de fuego, detenido por el esplendor de la Virgen María, resalta la intercesión divina y la misericordia que se ofrece a la humanidad. La escena del Papa y los mártires ascendiendo hacia la cruz, a través de una ciudad en ruinas, simboliza el sufrimiento y el sacrificio necesarios para la redención y la salvación de las almas.

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El Comentario Teológico del Cardenal Joseph Ratzinger proporciona una perspectiva esencial para comprender el mensaje de Fátima en el contexto de la revelación privada. Ratzinger aclara que, aunque no es obligatorio creer en las revelaciones privadas, estas pueden ser una guía valiosa para vivir de acuerdo con el Evangelio. La interpretación del secreto no debe verse como una predicción del futuro, sino como una llamada a la acción en el presente, enfatizando la importancia de la penitencia y la conversión.

En última instancia, el Tercer Secreto de Fátima nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida espiritual y nuestra relación con Dios. Nos recuerda que, a pesar de las dificultades y los desafíos, la fe y la penitencia pueden conducirnos a la salvación. La visión de Fátima, con su mensaje de esperanza y misericordia, sigue siendo relevante hoy en día, instándonos a buscar la intercesión divina y a vivir de acuerdo con los principios del Evangelio.

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