Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote - Celebración Hoy
En este artículo, exploraremos la Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, una celebración litúrgica que se lleva a cabo en varios países el jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés. Analizaremos el origen y la evolución de esta festividad, desde su introducción en España en 1973 con la aprobación del Papa San Pablo VI, hasta su adopción en otros países de América Latina.
Además, profundizaremos en el fundamento teológico de esta fiesta, basado en la encíclica Ecclesia de Eucharistia de San Juan Pablo II y en la Carta a los Hebreos, que presenta a Jesús como el Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza. También discutiremos cómo esta celebración destaca el papel único y definitivo del sacrificio de Cristo en la reconciliación de la creación con Dios.
Finalmente, describiremos los elementos litúrgicos propios de esta festividad, incluyendo los textos específicos para la Misa y el Oficio, y cómo estos elementos contribuyen a la santificación de los sacerdotes y a la profundización de la fe de los fieles.
Contenido que puede ser de tu interés:Solemnidad de la Santísima Trinidad - Celebración y Significado- Origen de la fiesta
- Significado teológico
- La encíclica Ecclesia de Eucharistia
- Jesucristo en la Carta a los Hebreos
- Celebración litúrgica
- Textos propios para la Misa y el Oficio
- Países que celebran la fiesta
- La Jornada por la santificación de los sacerdotes
- Importancia de la fiesta en la vida cristiana
- Conclusión
Origen de la fiesta
La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, tiene sus raíces en la profunda reflexión teológica sobre el sacerdocio de Cristo, especialmente destacada en la Carta a los Hebreos del Nuevo Testamento. Esta carta presenta a Jesús como el Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, cuyo sacrificio es único y definitivo, en contraste con los sacrificios repetitivos de la Antigua Alianza. La figura de Cristo como sacerdote no solo cumple, sino que también supera las expectativas del sacerdocio levítico, ofreciendo una reconciliación plena y eterna entre Dios y la humanidad.
La celebración litúrgica de esta fiesta fue promovida especialmente a partir de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. En 1973, con la aprobación del Papa San Pablo VI, se introdujo oficialmente en España, gracias al impulso de la Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote. Desde entonces, la fiesta ha sido adoptada por varios países de América Latina, como Chile, Colombia, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela, en algunos casos bajo el nombre de Jornada por la santificación de los sacerdotes.
Significado teológico
La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, tiene un profundo significado teológico que se centra en la figura de Cristo como mediador entre Dios y la humanidad. Según la Carta a los Hebreos, Jesús es el Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, cuyo sacrificio en la cruz es único y definitivo, superando los sacrificios repetitivos de la Antigua Alianza. Este acto de entrega total no solo reconcilia a la humanidad con Dios, sino que también inaugura una nueva era de redención y gracia.
Contenido que puede ser de tu interés:Hoy Celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de CristoEl sacerdocio de Cristo es eterno y perfecto, ya que Él no solo ofrece el sacrificio, sino que se ofrece a sí mismo como víctima. Este doble rol de sacerdote y víctima subraya la singularidad de su misión redentora. A través de su sacrificio, Cristo no solo expía los pecados de la humanidad, sino que también abre el camino para una relación más íntima y directa con Dios, eliminando la necesidad de intermediarios humanos.
Además, la encíclica Ecclesia de Eucharistia de San Juan Pablo II enfatiza que la Eucaristía es el sacramento en el que se actualiza y se hace presente el sacrificio de Cristo. En cada celebración eucarística, los fieles participan en el misterio de la redención, recordando y renovando el sacrificio de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Esta participación no solo fortalece la fe de los creyentes, sino que también los llama a vivir una vida de santidad y servicio, siguiendo el ejemplo de Cristo.
La encíclica Ecclesia de Eucharistia
"En la Eucaristía, la Iglesia encuentra la plenitud de su constante renovación y su más alta expresión. En efecto, la Eucaristía es el sacrificio de Cristo, que se ofrece al Padre por la salvación del mundo. Es el memorial de su muerte y resurrección, el sacramento de su amor, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura" (Ecclesia de Eucharistia, 11).
Contenido que puede ser de tu interés:Hoy inicia la novena a San Antonio de Padua, el santo global"El sacrificio eucarístico hace presente no sólo el misterio de la pasión y muerte del Salvador, sino también el misterio de la resurrección que corona su sacrificio. En efecto, el don de su amor y de su obediencia hasta el extremo de la muerte en la cruz (cf. Flp 2,8) es recompensado por el Padre con la gloriosa resurrección, que anticipa la glorificación de su cuerpo y de su Iglesia" (Ecclesia de Eucharistia, 14).
"En la Eucaristía, Jesús no da simplemente 'algo', sino que se da a sí mismo; entrega su cuerpo y derrama su sangre. De este modo, da la totalidad de su existencia, revelando la fuente originaria de este amor. Él es el Sumo y Eterno Sacerdote que, mediante el sacrificio de sí mismo, reconcilia a toda la creación con Dios" (Ecclesia de Eucharistia, 12).
Jesucristo en la Carta a los Hebreos
La Carta a los Hebreos presenta a Jesucristo como el Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, destacando su papel único y definitivo en la reconciliación de la humanidad con Dios. A diferencia de los sacerdotes de la Antigua Alianza, que ofrecían sacrificios repetidos y temporales, Jesús se ofrece a sí mismo una vez y para siempre, logrando una redención eterna. Este sacrificio único y perfecto es el fundamento de la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.
Contenido que puede ser de tu interés:Hoy Celebramos a San Antonio de Padua, el Santo de Jesús NiñoEn Hebreos 4:14-16, se nos invita a acercarnos con confianza al trono de la gracia, sabiendo que tenemos un Sumo Sacerdote que ha sido probado en todo como nosotros, pero sin pecado. Esta cercanía y comprensión de nuestras debilidades hacen de Jesús un intercesor compasivo y poderoso, capaz de ofrecer misericordia y gracia en tiempos de necesidad.
Además, Hebreos 7:24-25 subraya la permanencia del sacerdocio de Cristo, afirmando que "él, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable. Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos". Esta intercesión continua y eficaz es una fuente de esperanza y consuelo para los creyentes, reafirmando la centralidad de Cristo en la vida de la Iglesia y en la celebración de esta fiesta litúrgica.
Celebración litúrgica
La celebración litúrgica de la Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, se caracteriza por su profunda espiritualidad y enfoque en el sacerdocio de Cristo. Los textos litúrgicos propios para la Misa y el Oficio subrayan la singularidad del sacrificio de Jesús, quien, como Sumo Sacerdote, ofrece su vida para la redención de la humanidad. La liturgia del día incluye lecturas bíblicas que destacan el papel mediador de Cristo y su sacrificio único y definitivo, en contraste con los sacrificios repetitivos de la Antigua Alianza.
Contenido que puede ser de tu interés:Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista - 24 de JunioDurante la Misa, se hace especial énfasis en la Eucaristía como el acto supremo de adoración y reconciliación, donde se actualiza el sacrificio de Cristo. Las oraciones y antífonas del día reflejan la gratitud y la alabanza por el don del sacerdocio de Cristo, invitando a los fieles a contemplar y participar en este misterio de fe. Además, se suelen incluir intenciones especiales por la santificación de los sacerdotes, reconociendo su papel en la Iglesia y pidiendo por su fidelidad y entrega en el ministerio sacerdotal.
En algunos lugares, la celebración se extiende con adoraciones eucarísticas, procesiones y momentos de reflexión sobre el sacerdocio de Cristo y su significado para la vida cristiana. Estas prácticas devocionales buscan profundizar en la comprensión del misterio del sacerdocio de Cristo y fomentar una mayor devoción y amor hacia la Eucaristía, centro de la vida cristiana.
Textos propios para la Misa y el Oficio
Antífona de entrada:
"El Señor ha jurado y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec" (Salmo 110, 4).
Oración colecta:
"Dios todopoderoso y eterno, que constituiste a tu Hijo unigénito como Sumo y Eterno Sacerdote para la gloria de tu majestad y la salvación de la humanidad, concédenos, por su intercesión, que, al participar en su sacrificio, seamos fortalecidos por su amor y transformados en su imagen. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén."
Lectura del libro de los Hebreos (Hebreos 7, 23-28):
"Hermanos: Los otros sacerdotes fueron muchos, porque la muerte les impedía permanecer; pero Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio que no pasa. Por eso puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos. Tal es precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado por encima de los cielos. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día, como los sumos sacerdotes, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. La ley, en efecto, constituye sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidad; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituye al Hijo, perfecto para siempre."
Salmo responsorial (Salmo 109, 1. 2. 3. 4):
R. "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec."
Evangelio (Lucas 22, 14-20):
"Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: 'He deseado enormemente comer esta Pascua con vosotros antes de padecer, porque os digo que ya no la comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios.' Y tomando una copa, dio gracias y dijo: 'Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios.' Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: 'Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.' Y después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: 'Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros.'"
Oración sobre las ofrendas:
"Te pedimos, Señor, que santifiques estos dones que te presentamos, y que, al participar en este sacrificio, seamos transformados en ofrenda viva, agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén."
Prefacio:
"En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque constituiste a tu Hijo unigénito, Sumo y Eterno Sacerdote, para la gloria de tu majestad y la salvación de la humanidad. Él, con la oblación de su cuerpo en la cruz, llevó a plenitud los sacrificios de la antigua alianza, y al entregarse a ti por nuestra salvación, se hizo para nosotros sacerdote, altar y víctima. Por eso, con los ángeles y todos los santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo..."
Oración después de la comunión:
"Señor, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, Sumo y Eterno Sacerdote, concédenos que, al participar de estos sagrados misterios, seamos fortalecidos en la fe y en el amor, y transformados en ofrenda viva para tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén."
Países que celebran la fiesta
La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, ha sido adoptada por varios países, cada uno con sus propias tradiciones y énfasis litúrgicos. En España, la celebración fue introducida en 1973 con la aprobación del Papa San Pablo VI, y desde entonces ha sido una fecha significativa en el calendario litúrgico español. La Congregación de Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote ha jugado un papel crucial en la promoción y difusión de esta festividad.
En América Latina, países como Chile, Colombia, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela también han incorporado esta fiesta en sus calendarios litúrgicos. En algunos de estos países, la celebración se conoce como la Jornada por la santificación de los sacerdotes, subrayando la importancia de la vocación sacerdotal y la necesidad de orar por la santidad de los sacerdotes. Esta jornada ofrece una oportunidad para que las comunidades católicas reflexionen sobre el papel del sacerdocio en la Iglesia y la sociedad, y para renovar su compromiso con el apoyo y la formación de sus líderes espirituales.
Contenido que puede ser de tu interés:Hoy Celebramos a Santa Elena, Poderosa Intercesora de PérdidasLa Jornada por la santificación de los sacerdotes
La Jornada por la santificación de los sacerdotes, celebrada en varios países de América Latina, coincide con la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Esta jornada tiene como objetivo principal orar por la santidad y el fortalecimiento espiritual de todos los sacerdotes, reconociendo su papel fundamental en la vida de la Iglesia y en la administración de los sacramentos.
En esta jornada, se invita a las comunidades parroquiales y a los fieles a unirse en oración y a participar en actividades especiales, como adoraciones eucarísticas, retiros espirituales y misas solemnes. La intención es que los sacerdotes encuentren en esta celebración un momento de renovación y compromiso con su vocación, inspirados por el ejemplo de Cristo, el Sumo y Eterno Sacerdote.
La importancia de esta jornada radica en la necesidad de apoyar a los sacerdotes en su misión pastoral, recordando que, a través de su ministerio, hacen presente a Cristo en medio de la comunidad. La santificación de los sacerdotes es vista como un camino para fortalecer la Iglesia y fomentar una mayor unión entre los fieles y sus pastores.
Contenido que puede ser de tu interés:Holywins: Celebrar la Santidad en Lugar del Día de las BrujasImportancia de la fiesta en la vida cristiana
La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, tiene una profunda relevancia en la vida cristiana, ya que subraya el papel central de Cristo en la mediación entre Dios y la humanidad. Al celebrar esta festividad, los fieles son llamados a reflexionar sobre el sacrificio redentor de Jesús, quien, a través de su muerte y resurrección, ha reconciliado a toda la creación con el Padre. Este acto de amor supremo no solo es un evento histórico, sino una realidad viva que se actualiza en cada Eucaristía, donde Cristo se ofrece nuevamente por la salvación del mundo.
Además, esta celebración invita a los cristianos a reconocer y valorar el sacerdocio ministerial, que participa del único sacerdocio de Cristo. Los sacerdotes, al actuar en persona Christi, son instrumentos a través de los cuales Jesús continúa su obra redentora en la Iglesia. La fiesta, por tanto, es una ocasión propicia para orar por la santificación de los sacerdotes, pidiendo que sean fieles reflejos del Sumo y Eterno Sacerdote en su servicio pastoral y sacramental.
Finalmente, la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es un recordatorio de la vocación universal al sacerdocio bautismal. Todos los bautizados, al ser incorporados a Cristo, participan de su misión sacerdotal, profética y real. Esta celebración, entonces, es una oportunidad para que cada cristiano renueve su compromiso de vivir según el Evangelio, ofreciendo su vida como un sacrificio espiritual agradable a Dios, en unión con el sacrificio de Cristo.
Contenido que puede ser de tu interés:Hoy Comienza la Novena a la Inmaculada Concepción 2023Conclusión
La Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, nos invita a reflexionar sobre el misterio del sacerdocio de Cristo y su papel central en la redención de la humanidad. Al celebrar esta festividad, los fieles tienen la oportunidad de profundizar en la comprensión de Jesús como el mediador perfecto entre Dios y los hombres, cuyo sacrificio en la cruz es el acto supremo de amor y reconciliación.
Esta celebración también subraya la importancia de la Eucaristía, en la que se actualiza el sacrificio de Cristo y se ofrece a los creyentes como fuente de gracia y comunión con Dios. Al participar en la Misa y en los ritos litúrgicos propios de esta fiesta, los fieles son llamados a renovar su compromiso con la fe y a vivir de acuerdo con los valores del Evangelio.
Además, la Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es una ocasión propicia para orar por la santificación de los sacerdotes, quienes, siguiendo el ejemplo de Cristo, están llamados a ser pastores y guías espirituales de la comunidad cristiana. En un mundo que enfrenta numerosos desafíos, la figura del sacerdote como servidor y testigo del amor de Dios es más relevante que nunca.
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